Está ubicada al costado norte de la Plaza de los Comuneros e inicio su construcción en el año 1805 en reemplazo de la iglesia doctrinera que había sido construida por el corregidor Pedro de Tovar y Buendía. La catedral diocesana fue consagrada e inaugurada el nueve de noviembre de 1916 y el decorado interior fue terminado en el año 1937; luciendo paredes hechas a mano en pintura dorada. En el año 1967 un fuerte temblor daño la estructura, por lo cual tuvo que ser restaurada; retirando de esta manera los pañetes externos e internos, regresando de esa manera a su construcción inicial en piedra y ladrillo.